Cómo superar los cambios de la piel en el embarazo

Si estás embarazada, el principal cambio que podrás ver en tu piel serán las famosas estrías. Éstas aparecen en el 90% de los casos cuando el tejido elástico de la piel se estira en el abdomen, aunque también podrán aparecer en los senos, los muslos o los brazos (2) con tonos rojos, marrón o púrpura.

Además, a este estiramiento hay que sumarle los efectos que generan en las fibras elásticas del cutis los cambios en hormonas como esteroides, estrógenos y relaxina. Estas marcas en la piel no suelen desaparecer una vez que el nace, de modo que habrá que ser previsora. Controlar el peso y consultar tus dudas con el profesional sanitario serán dos consejos que puedes poner en práctica durante los meses de embarazo.

Otro de los cambios visibles que tienen el 90% de las embarazadas es la hiperpigmentación.[1] Este cambio se refiere al oscurecimiento de la piel sin que la exposición al sol haya jugado un papel de por medio (3). Esta coloración se debe al aumento de la hormona estimulante de los melanoticos (MSH) y a los cambios en las venas por el incremento de los estrógenos.[1] Aunque se dé en la mayoría de los casos, las zonas donde se producen esta hiperpigmentación no son “visibles”. Se tratan, en la mayoría de los casos, delas areolas mamarias, las axilas y los genitales. [1] Si por algún casual has notado un cambio de color como una mancha oscura en tu rostro, hablaríamos de un melasma. Exponerse al sol o a radiaciones ultravioletas empeorará este cambio en el rostro. Esta alteración se soluciona meses más tarde de dar a luz, aunque en otras ocasiones suele persistir.